El Consejo General de la Abogacía Española, en colaboración con Braintrust y la Mutualidad de la Abogacía, ha elaborado el informe ‘Abogacía Futura 2021: Prospectiva de negocio emergente’, que aborda las principales áreas de futuro en el negocio jurídico y supone una actualización del Informe presentado en el XII Congreso Nacional de la Abogacía en 2019.
La presidenta del Consejo General, Victoria Ortega, ha destacado en la presentación del informe que muchas veces se incurre en el error de ver la transformación tecnológica como “algo lejano”, cuando es el presente. Ha añadido que las leyes suelen ser reactivas e ir por detrás de la sociedad, pero con este texto “vamos a intentar ir por delante, adecuarnos a esta sociedad”. Tras recordar que ‘Abogacía Futura 2021’se inscribe en las acciones de formación continua del Consejo General de la Abogacía, Ortega ha subrayado la importancia de este documento “para conocer todos los cambios que supone esta transformación que estamos viviendo”, cambios normativos con transcendencia para la Abogacía, como los que se están produciendo en el campo de la protección de datos. Además, la presidenta de la Abogacía ha destacado la “ilusión” de la Abogacía Española por seguir liderando este proceso imparable de transformación, para seguir siendo una Abogacía más tecnológica que nunca.
‘Abogacía Futura 2021’ se compone de siete informes monográficos que analizan y proporcionan claves de actuación sobre los campos tecnológicos que más impacto están teniendo o van a tener en los próximos años. Junto a temas como el blockchain, la inteligencia artificial o los objetos conectados, con la colaboración de la Mutualidad de la Abogacía este informe incluye otro campo de estudio, el envejecimiento de la población, en el que se analizan nuevas áreas de interés para el abogado.
La publicación –que surge de un compromiso recogido en el Plan Estratégico de la Abogacía lanzado en 2017- explora los análisis, opiniones y hallazgos más recientes en las siete áreas que se analizan, y explica la aplicación de sus posibilidades a través de un conjunto de casos de actuación profesional diaria de los abogados y abogadas.
Siguiendo la estela del Congreso Nacional de 2019, el documento apuesta porque la abogacía debe permanecer atenta a los cambios y transformaciones profundas que se están produciendo en la sociedad para seguir siendo una pieza fundamental en los nuevos escenarios. Ante la aparición de nuevos derechos, abogados y abogadas deben estar en la vanguardia de la defensa de los mismos. Además, la Abogacía Española quiere seguir liderando el proceso de transformación digital de la profesión. Este informe se dirige a toda la abogacía, a todos los abogados y abogadas y a todo tipo de despachos y de especialidades.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y ABOGACÍA
El primero de los capítulos está dedicado a la Inteligencia Artificial (IA), quizás una de las tecnologías que mayor desarrollo ha experimentado en los últimos años en cualquiera de sus aplicaciones y que ha llegado también a la abogacía. Sin embargo, este desarrollo teórico y práctico de nuevas aplicaciones de IA no ha corrido en paralelo, hasta ahora, con la generación de una regulación jurídica que establezca el marco y los límites de actuación de las empresas.
En España, el uso principal de la Inteligencia Artificial en la abogacía está relacionado con la utilización de chatbots (programa informático con el que es posible mantener una conversación) en algunos despachos y la automatización de la gestión de determinadas labores, lo que está provocando una redefinición de la forma de trabajar de los abogados, más centrado en las tareas de mayor valor.
En cuanto al impacto de la IA en la abogacía, destacan varios aspectos: la aparición de nuevos puestos de trabajo para abogados y abogadas gracias a la entrada de la IA; la demanda de una regulación de este tipo de inteligencia; el nacimiento de un efecto democratizador en los despachos gracias a la llegada de herramientas de IA; y la generación de nuevos modelos laborales para los abogados gracias a la subcontratación de determinados procesos jurídicos.
BLOCKCHAIN Y ABOGACÍA
Blockchain, Smart contracts, criptomonedas… son términos cada vez más presentes en el día a día. Los datos no mienten: el mercado global de Smart contracts alcanzará los 300 millones de dólares a finales de 2023, mientras que las tres principales criptomonedas tienen un volumen de más de 120 millones de dólares de circulación.
Se puede afirmar que la tecnología blockchain (cadena de bloques) ha supuesto toda una revolución en diversos ámbitos, dado que las diferentes aplicaciones (Smart contracts, registros y certificaciones, identidad digital y criptomonedas) tienen un impacto directo sobre algunos aspectos fundamentales de la sociedad como las transacciones económicas, los registros públicos y los acuerdos entre dos o más partes.
En España se han observado cada vez más casos de implantación de esta tecnología, aplicándola a diversos sectores. Destaca el peso ganado por los Smart contracts, al poder ser estos empleados por cualquier empresa o particular, lo que ha impulsado la necesidad de desarrollar un marco jurídico apropiado. Respecto al impacto en la abogacía, la adopción de la tecnología blockchain está cada vez más presente, y en España se han observado casos de despachos que están implantando aplicaciones de la tecnología blockchain en sus procesos, tanto para comercializar un servicio asociado a esta tecnología (creación y gestión de Smart contracts) como para fines propios (empleando criptomonedas para ofrecer sus servicios).
OBJETOS CONECTADOS Y ABOGACÍA
El denominado Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés) es una de las tecnologías que mayor nivel de desarrollo está teniendo en los últimos años, aunque se estima que estamos solo ante un pequeño anticipo de lo que será el futuro de un mundo hiperconectado en todos los ámbitos. El número de dispositivos conectados crece cada año y se espera que en el periodo 2020-2024 se duplique su número, pasando de los 30.000 millones de dispositivos actuales a más de 62.000 millones al final de este periodo. España no es ajena a la realidad y está en el quinto puesto de la UE en cuanto a cuota de mercado.
En España cada vez son más las empresas y entidades públicas que apuestan por la implantación de tecnologías “conectadas” y lo hacen por dos motivos principales: la automatización de procesos (26%) y la reducción de costes operacionales (24%).
El desarrollo tecnológico de este tipo de dispositivos está suponiendo que se multipliquen los riesgos relativos al almacenamiento y uso de los datos que se generan. Además, un gran problema de buena parte de estos dispositivos son los fallos de seguridad. Por ello, los retos para la abogacía en este ámbito tienen una doble vertiente: garantizar la privacidad de las personas por un lado y conseguir que los fabricantes se responsabilicen en el desarrollo de soluciones seguras.
INNOVACIONES MÉDICAS Y ABOGACÍA
Desde 2016 hasta 2020 se ha incrementado la inversión en tecnología médica en un 20,4%. Una tendencia al alza que continuará en los próximos dos años, aunque de forma más moderada. Los grandes avances en este campo están relacionados con las innovaciones orientadas al diagnóstico. En cuanto a las innovaciones orientadas al tratamiento, aunque gran parte de las líneas de avance están en fase experimental, algunas ya son una realidad, como el tratamiento del envejecimiento con células madre o determinadas terapias personalizadas para la lucha contra el cáncer.
En cuanto al impacto de las tecnologías en la abogacía, el desarrollo tecnológico en la medicina tiene una doble vertiente: por un lado, la necesidad de legislar las cuestiones relacionadas con la ética y la integridad de las personas y, por otro lado, supervisar y perseguir tanto el incumplimiento de estas normas como la comisión de errores derivados de malas praxis médicas. En el terreno práctico, en España ya existen despachos de abogados especializados en innovaciones tecnológicas en el campo de la medicina, con el objetivo de garantizar los derechos de los pacientes.
REALIDAD VIRTUAL Y REALIDAD AUMENTADA Y ABOGACÍA
La realidad virtual y la realidad aumentada suponen un cambio de paradigma en la forma de relacionarnos e interactuar con la realidad. Es una tecnología en auge, que ha atraído a inversores privados, especialmente en el sector de los videojuegos, pero también en el sector sanitario e industrial.
Respecto al papel de la abogacía, ésta jugará un papel primordial en cuanto a la definición del marco de actuación, sobre todo en materia de protección y privacidad de datos. Pero, al menos por el momento, no se detecta una aplicación práctica directa de la realidad virtual y/o aumentada en el negocio de la abogacía. Sí es cierto que, debido a la actual situación con el Covid-19, se ha observado una tendencia que puede crecer: la realización de juicios de manera telemática o virtual, empleando la telepresencia para poder celebrar juicios con garantías y en los que todas las partes se vean adecuadamente representadas.
Además, la realidad virtual y/o realidad aumentada pueden utilizarse para identificación biométrica o la reconstrucción virtual de los hechos. Así, se empieza a calificar la reconstrucción virtual de los hechos como una prueba más, entre pericial y documental, del juicio, con la que se pretende ofrecer la mejor ilustración posible de cómo pudieron suceder.
IMPRESIÓN 3D Y ABOGACÍA
La impresión 3D es una tecnología madura en comparación con otras que actualmente se están desarrollando. Pero el desarrollo teórico y práctico de la impresión 3D no ha ido en paralelo, hasta ahora, con el establecimiento de una regulación jurídica que fije el marco y los límites de actuación de las empresas. Por ello, instituciones como el Parlamento Europeo se plantean la necesidad de legislar el buen uso de esta tecnología desde el punto de vista de la protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial.
En este sentido, el principal impacto de esta tecnología en la abogacía está relacionado con los derechos de propiedad intelectual, al poder copiarse diseños originales por cualquier usuario. En materia judicial, existen ejemplos internacionales en los que se han utilizado réplicas de pruebas criminales en juicios para ilustrar mejor los crímenes cometidos. Otro aspecto que puede tener importancia en el futuro para la abogacía es la regulación y homologación de nuevos materiales que puedan aparecer.
ENVEJECIMIENTO Y ABOGACÍA
En una sociedad en la que el envejecimiento es un hecho, son muchas las necesidades de las personas mayores. Esto ha abierto también un nuevo campo para la abogacía, puesto que los abogados deben estar preparados para atender estas necesidades específicas.
Desde la Abogacía se debe establecer una línea de especialización integradora de la defensa de los diversos derechos de las personas mayores, con una actualización constante de la formación en el campo jurídico de la vejez y el envejecimiento, pues están sometidos a constantes cambios. Así, el profesional debe adaptarse a las demandas específicas de este colectivo en diferentes sectores: socio-sanitario, dependencia, relaciones de los mayores con las Administraciones Públicas y entidades privadas, la implantación de la tecnología digital en los actos jurídicos o intervención jurídica para suplir la falta de apoyos familiares.
El Consejo General de la Abogacía Española, en colaboración con Braintrust y la Mutualidad de la Abogacía, ha elaborado el informe ‘Abogacía Futura 2021: Prospectiva de negocio emergente’, que aborda las principales áreas de futuro en el negocio jurídico y supone una actualización del Informe presentado en el XII Congreso Nacional de la Abogacía en 2019.
La presidenta del Consejo General, Victoria Ortega, ha destacado en la presentación del informe que muchas veces se incurre en el error de ver la transformación tecnológica como “algo lejano”, cuando es el presente. Ha añadido que las leyes suelen ser reactivas e ir por detrás de la sociedad, pero con este texto “vamos a intentar ir por delante, adecuarnos a esta sociedad”. Tras recordar que ‘Abogacía Futura 2021’se inscribe en las acciones de formación continua del Consejo General de la Abogacía, Ortega ha subrayado la importancia de este documento “para conocer todos los cambios que supone esta transformación que estamos viviendo”, cambios normativos con transcendencia para la Abogacía, como los que se están produciendo en el campo de la protección de datos. Además, la presidenta de la Abogacía ha destacado la “ilusión” de la Abogacía Española por seguir liderando este proceso imparable de transformación, para seguir siendo una Abogacía más tecnológica que nunca.
‘Abogacía Futura 2021’ se compone de siete informes monográficos que analizan y proporcionan claves de actuación sobre los campos tecnológicos que más impacto están teniendo o van a tener en los próximos años. Junto a temas como el blockchain, la inteligencia artificial o los objetos conectados, con la colaboración de la Mutualidad de la Abogacía este informe incluye otro campo de estudio, el envejecimiento de la población, en el que se analizan nuevas áreas de interés para el abogado.
La publicación –que surge de un compromiso recogido en el Plan Estratégico de la Abogacía lanzado en 2017- explora los análisis, opiniones y hallazgos más recientes en las siete áreas que se analizan, y explica la aplicación de sus posibilidades a través de un conjunto de casos de actuación profesional diaria de los abogados y abogadas.
Siguiendo la estela del Congreso Nacional de 2019, el documento apuesta porque la abogacía debe permanecer atenta a los cambios y transformaciones profundas que se están produciendo en la sociedad para seguir siendo una pieza fundamental en los nuevos escenarios. Ante la aparición de nuevos derechos, abogados y abogadas deben estar en la vanguardia de la defensa de los mismos. Además, la Abogacía Española quiere seguir liderando el proceso de transformación digital de la profesión. Este informe se dirige a toda la abogacía, a todos los abogados y abogadas y a todo tipo de despachos y de especialidades.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y ABOGACÍA
El primero de los capítulos está dedicado a la Inteligencia Artificial (IA), quizás una de las tecnologías que mayor desarrollo ha experimentado en los últimos años en cualquiera de sus aplicaciones y que ha llegado también a la abogacía. Sin embargo, este desarrollo teórico y práctico de nuevas aplicaciones de IA no ha corrido en paralelo, hasta ahora, con la generación de una regulación jurídica que establezca el marco y los límites de actuación de las empresas.
En España, el uso principal de la Inteligencia Artificial en la abogacía está relacionado con la utilización de chatbots (programa informático con el que es posible mantener una conversación) en algunos despachos y la automatización de la gestión de determinadas labores, lo que está provocando una redefinición de la forma de trabajar de los abogados, más centrado en las tareas de mayor valor.
En cuanto al impacto de la IA en la abogacía, destacan varios aspectos: la aparición de nuevos puestos de trabajo para abogados y abogadas gracias a la entrada de la IA; la demanda de una regulación de este tipo de inteligencia; el nacimiento de un efecto democratizador en los despachos gracias a la llegada de herramientas de IA; y la generación de nuevos modelos laborales para los abogados gracias a la subcontratación de determinados procesos jurídicos.
BLOCKCHAIN Y ABOGACÍA
Blockchain, Smart contracts, criptomonedas… son términos cada vez más presentes en el día a día. Los datos no mienten: el mercado global de Smart contracts alcanzará los 300 millones de dólares a finales de 2023, mientras que las tres principales criptomonedas tienen un volumen de más de 120 millones de dólares de circulación.
Se puede afirmar que la tecnología blockchain (cadena de bloques) ha supuesto toda una revolución en diversos ámbitos, dado que las diferentes aplicaciones (Smart contracts, registros y certificaciones, identidad digital y criptomonedas) tienen un impacto directo sobre algunos aspectos fundamentales de la sociedad como las transacciones económicas, los registros públicos y los acuerdos entre dos o más partes.
En España se han observado cada vez más casos de implantación de esta tecnología, aplicándola a diversos sectores. Destaca el peso ganado por los Smart contracts, al poder ser estos empleados por cualquier empresa o particular, lo que ha impulsado la necesidad de desarrollar un marco jurídico apropiado. Respecto al impacto en la abogacía, la adopción de la tecnología blockchain está cada vez más presente, y en España se han observado casos de despachos que están implantando aplicaciones de la tecnología blockchain en sus procesos, tanto para comercializar un servicio asociado a esta tecnología (creación y gestión de Smart contracts) como para fines propios (empleando criptomonedas para ofrecer sus servicios).
OBJETOS CONECTADOS Y ABOGACÍA
El denominado Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés) es una de las tecnologías que mayor nivel de desarrollo está teniendo en los últimos años, aunque se estima que estamos solo ante un pequeño anticipo de lo que será el futuro de un mundo hiperconectado en todos los ámbitos. El número de dispositivos conectados crece cada año y se espera que en el periodo 2020-2024 se duplique su número, pasando de los 30.000 millones de dispositivos actuales a más de 62.000 millones al final de este periodo. España no es ajena a la realidad y está en el quinto puesto de la UE en cuanto a cuota de mercado.
En España cada vez son más las empresas y entidades públicas que apuestan por la implantación de tecnologías “conectadas” y lo hacen por dos motivos principales: la automatización de procesos (26%) y la reducción de costes operacionales (24%).
El desarrollo tecnológico de este tipo de dispositivos está suponiendo que se multipliquen los riesgos relativos al almacenamiento y uso de los datos que se generan. Además, un gran problema de buena parte de estos dispositivos son los fallos de seguridad. Por ello, los retos para la abogacía en este ámbito tienen una doble vertiente: garantizar la privacidad de las personas por un lado y conseguir que los fabricantes se responsabilicen en el desarrollo de soluciones seguras.
INNOVACIONES MÉDICAS Y ABOGACÍA
Desde 2016 hasta 2020 se ha incrementado la inversión en tecnología médica en un 20,4%. Una tendencia al alza que continuará en los próximos dos años, aunque de forma más moderada. Los grandes avances en este campo están relacionados con las innovaciones orientadas al diagnóstico. En cuanto a las innovaciones orientadas al tratamiento, aunque gran parte de las líneas de avance están en fase experimental, algunas ya son una realidad, como el tratamiento del envejecimiento con células madre o determinadas terapias personalizadas para la lucha contra el cáncer.
En cuanto al impacto de las tecnologías en la abogacía, el desarrollo tecnológico en la medicina tiene una doble vertiente: por un lado, la necesidad de legislar las cuestiones relacionadas con la ética y la integridad de las personas y, por otro lado, supervisar y perseguir tanto el incumplimiento de estas normas como la comisión de errores derivados de malas praxis médicas. En el terreno práctico, en España ya existen despachos de abogados especializados en innovaciones tecnológicas en el campo de la medicina, con el objetivo de garantizar los derechos de los pacientes.
REALIDAD VIRTUAL Y REALIDAD AUMENTADA Y ABOGACÍA
La realidad virtual y la realidad aumentada suponen un cambio de paradigma en la forma de relacionarnos e interactuar con la realidad. Es una tecnología en auge, que ha atraído a inversores privados, especialmente en el sector de los videojuegos, pero también en el sector sanitario e industrial.
Respecto al papel de la abogacía, ésta jugará un papel primordial en cuanto a la definición del marco de actuación, sobre todo en materia de protección y privacidad de datos. Pero, al menos por el momento, no se detecta una aplicación práctica directa de la realidad virtual y/o aumentada en el negocio de la abogacía. Sí es cierto que, debido a la actual situación con el Covid-19, se ha observado una tendencia que puede crecer: la realización de juicios de manera telemática o virtual, empleando la telepresencia para poder celebrar juicios con garantías y en los que todas las partes se vean adecuadamente representadas.
Además, la realidad virtual y/o realidad aumentada pueden utilizarse para identificación biométrica o la reconstrucción virtual de los hechos. Así, se empieza a calificar la reconstrucción virtual de los hechos como una prueba más, entre pericial y documental, del juicio, con la que se pretende ofrecer la mejor ilustración posible de cómo pudieron suceder.
IMPRESIÓN 3D Y ABOGACÍA
La impresión 3D es una tecnología madura en comparación con otras que actualmente se están desarrollando. Pero el desarrollo teórico y práctico de la impresión 3D no ha ido en paralelo, hasta ahora, con el establecimiento de una regulación jurídica que fije el marco y los límites de actuación de las empresas. Por ello, instituciones como el Parlamento Europeo se plantean la necesidad de legislar el buen uso de esta tecnología desde el punto de vista de la protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial.
En este sentido, el principal impacto de esta tecnología en la abogacía está relacionado con los derechos de propiedad intelectual, al poder copiarse diseños originales por cualquier usuario. En materia judicial, existen ejemplos internacionales en los que se han utilizado réplicas de pruebas criminales en juicios para ilustrar mejor los crímenes cometidos. Otro aspecto que puede tener importancia en el futuro para la abogacía es la regulación y homologación de nuevos materiales que puedan aparecer.
ENVEJECIMIENTO Y ABOGACÍA
En una sociedad en la que el envejecimiento es un hecho, son muchas las necesidades de las personas mayores. Esto ha abierto también un nuevo campo para la abogacía, puesto que los abogados deben estar preparados para atender estas necesidades específicas.
Desde la Abogacía se debe establecer una línea de especialización integradora de la defensa de los diversos derechos de las personas mayores, con una actualización constante de la formación en el campo jurídico de la vejez y el envejecimiento, pues están sometidos a constantes cambios. Así, el profesional debe adaptarse a las demandas específicas de este colectivo en diferentes sectores: socio-sanitario, dependencia, relaciones de los mayores con las Administraciones Públicas y entidades privadas, la implantación de la tecnología digital en los actos jurídicos o intervención jurídica para suplir la falta de apoyos familiares.
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Fuente: Abogacía
Tags: Abogacía, Futuro, Informe, Innovación, legaltech, Profesión